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UN RINCÓN DE GUAYAQUIL, UN GUSTO AL PALADAR

  • Foto del escritor: Kipus Laico
    Kipus Laico
  • 22 jul 2019
  • 3 Min. de lectura

Guayaquil es conocida como la Perla del Pacifico, la ciudad más grande de Ecuador, con su clima caluroso y húmedo.

En la cultura guayaquileña no solo se habla de tradiciones y costumbres sino también de deliciosos platos típicos, de historias de emprendimiento que han sido contadas y que través del tiempo se vuelven parte de la urbe porteña.

Es casi imposible que una mañana no se empiece sin un buen desayuno guayaco, como un encebollado, con pan y chifle, realmente una delicia que sin duda querrán probar si se dirigen por la 4 de noviembre y los ríos, al Sur de Guayaquil, se encuentra la Picantería “Niño Ronald”.



Desde las 5:00 todos los días, Carmen Aguayo sale al mercado la Caraguay, que es donde dicen que los mariscos reinan, algunas personas quizás nunca hayan ido ni escuchado a sus familiares o amigos, que es donde más fresco se consigue el pescado, incluso más económico, pues ahí la Sra. Aguayo acude a comprar todos los ingredientes para el rico encebollado, que prepara junto a su esposo José, para su negocio. Ellos atienden de martes a domingos de 8:00am hasta las 14:00 y desde las 17:00 hasta las 2:00am.

La propietaria de la picantería cuenta que en su local no existe la frase “desayunar como rey, almorzar como príncipe ni cenar como mendigo”. En definitivo no existe porque se caracterizan por servir bien despachado.

Su esposo José además cuenta lo que ha escuchado de la historia del encebollado, que tiene su nacimiento en las costas ecuatorianas, con el nombre de ‘picante de pescado’, que lo hacían los antepasados cholos de la Costa, con pescado salado. Esa gente que emigró lo trajo como recurso para sobrevivir en Guayaquil a los astilleros y la cocina.

En su elaboración:

Primero el pescado se cocina en una olla grande con suficiente agua, una rama de cebolla blanca, un poco de sal, ajo, comino y pimienta.

Tanto el agua del pescado como de la cocción de la yuca se ciernen y se ponen a hervir con ajo, comino, pimienta; se agrega cebolla colorada, pimiento y tomate en trozos, también se agrega un ramo de apio, perejil y culantro.

El pescado se sirve desmenuzado y la yuca cortada en troncos. Encima se agrega cebolla colorada curtida en limón y sal, un chorrito de aceite se agrega el caldo y hierbita le da el toque final.



Hay varias historias que cuentan el ori­gen del encebollado como si fuera el origen de la vida misma. Nadie sabe qué creer. Que si vino de Manabí, que si es de Ba­bahoyo, que si fueron los pescadores etc. Lo cierto es que es uno de los platos favoritos de Guayaquil y del Ecuador entero por su precio amiga­ble y su sabor inigualable.

El levanta muertos así le dicen al encebollado, la medicina perfecta para el día siguiente a una noche de copas, nos comenta, Braulio Castro cliente infalible del “Niño Ronald”, todos los domingos va con su familia a degustar este delicioso plato u otras alternativas como el encebollado mixto, “este restaurante tiene su toque, todo es bueno desde la punta del pescado hasta el rabito del camarón”.

Así también manifestaron los clientes de la mesa 3, Gerardo Herrera en compañía de su esposa Grace Ronquillo y sus dos cuñadas, que se deleitaron con ceviches, la bandera mixta “Todo estuvo rico dijeron, lo podemos jurar, pero el encebollado... el encebollado es bestial. ¡Qué cosa pa’ más rica!”.

Ofrecen variedades de platos, cazuela, ceviche de camarón mixto, la bandera 5 en 1, que consiste en cinco elementos: guatita, cazuela, encebollado, ceviche de camarón y arroz. Y no olvidar cuenta las tres b; bueno, bonito y barato desde 2,50, con chifle, y si no le gusta no paga, aunque de ley regresa por más.

Ronald, hijo del dueño del local “Niño Ronald” comenta un poco sobre el negocio, más o menos hace quince años, desde las seis de la mañana salían mis padres en una carretilla vendiendo encebollado a $1 Dólar con arroz y limonada en balde así recorrían las calles, pero lo bueno es que regresaban limpiecitos, ojo no porque se aparecieran los amigos de lo ajeno sino porque “Arrasa con todo, con todo lo que se ofrece”.

Cuando no tenía colegio mi papá me llevaba con él a trabajar y le ayudaba a lavar los platos, siempre sus palabras eran, que todo sacrificio tiene una recompensa tarde o temprano, no me imaginaba que años después íbamos tener este local grande y próximamente abrir “Niño Ronald 2”, hasta empleados tenemos.

Don José se acerca y dice: “todo gracias a Dios, a mi trabajo y a mi sazón”, suelta carcajadas.





 
 
 

2 Comments


jazzp48
Aug 03, 2019

Sin duda el encebollado es exquisito.

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melanielabella10
Jul 25, 2019

Deliciosa muestra comida, podemos degustar de una variedad del platos típicos.

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