LA RICA FRITADA DE PASCUALES

La ruta gastronómica de Guayaquil conduce en esta ocasión a Pascuales, una parroquia urbana de Guayaquil que se encuentra entre la vía a Daule y la vía a La Aurora, al norte de la urbe.

El ingreso a esta ruidosa pero interesante parroquia se la puede hacer por cualquiera de las dos vías entre las que se encuentra. Una larga fila de tricimotos de varios colores aguarda a la llegada de los visitantes.

Su extensa calle principal se encuentra plagada de comercios, tales como locales de comida, tiendas de ropa y de accesorios, e incluso almacenes de electrodomésticos, los mismos que forman parte del día a día de los pascualeños.

Pero, ¿qué llama más la atención a quien visita Pascuales?

Con tenedor en mano y a la voz de “venga, venga, pruebe la rica fritada”, varios chicos se acercan y con su llamativa forma de “vocear” invitan a probar la fritada que llevan en su utensilio. Detrás de ellos y a la vista del buen comensal se encuentra doña Mercy Avellaneda, propietaria del restaurante Ivis, quien, tras una carreta, con cuchillo en mano y una gran sonrisa en su rostro, incita a degustar los deliciosos platos que brinda esta fritanguería de la cual ella es una de sus propietarias.

Doña Mercy se muestra siempre asequible a contar un poco de la historia y evolución de su negocio, además del secreto que envuelve su sazón, pues cuando se trata de fritada no hay mejor lugar que Pascuales para comprobar lo delicioso que es este plato típico guayaquileño, según dice ella.

Así que la invitación esta puesta para que este fin de semana quienes regresan de las distintas partes del país, así como los que no han salido de la ciudad, hagan una visita al fascinante Pascuales y conocer un poco más de este pequeño rincón del gran Guayaquil, no sin antes de irse, probar la exquisita fritada pascualeña.